Susana, cuando vio salir del quirófano al cirujano que acababa de operar a su hijo le preguntó:
-¿Cómo está mi pequeño?
-Lo siento, hicimos todo lo que estuvo a nuestro alcance.
Susana dijo consternada:
-¿Por qué a los niños les da cáncer? ¿Es que acaso Dios ya no se preocupa por ellos? Dios, ¿dónde estabas cuando mi hijo te necesitaba?
El cirujano le dijo:
-Una de las enfermeras saldrá para dejarle pasar unos minutos con los restos de su hijo antes de que sean llevados a la universidad.
Susana pidió a la enfermera que la acompañara mientras se despedía de su hijo. Recorrió por última vez con su mano el cabello rojizo, mientras que unas lágrimas de dolor salían de sus ojos. La enfermera le preguntó si quería conservar uno de los rizos, Susana asintió. La enfermera corto el rizo, lo colocó en una bolsita de plástico y se la dio a Susana.
Un señor le compró un conejo a sus hijos. A su vez, los hijos del vecino le pidieron una mascota a su padre. El hombre les compró un cachorro pastor alemán.
El vecino exclamó:
- ¡Pero el perro se comerá a mi conejo!
- De ninguna manera, mi pastor es cachorro. Crecerán juntos y serán amigos. Yo entiendo mucho de animales. Ten por seguro que no habrá problemas.
Y parece que el dueño tenía razón. El perro y el conejo crecieron juntos y se hicieron amigos. Era normal ver al conejo en el patio del perro y al revés.
Un viernes, el dueño del conejo se fue a pasar un fin de semana a la playa con su familia. El domingo por la tarde el dueño del perro y su familia estaban merendando, cuando entró el perro a la cocina. Traía al conejo entre los dientes, sucio de sangre y tierra, y además muerto. Le dieron tantos palos al perro que casi lo matan.
Mañana por la mañana abriré tu corazón - le explicaba el cirujano a un niño.
Y el niño interrumpió:
- ¿Usted encontrará a Jesús allí?
El cirujano se quedó mirándolo, y continuó:
- Cortaré una pared de tu corazón para ver el daño completo.
- Pero cuando abra mi corazón, ¿encontrará a Jesús ahí?, volvió a interrumpir el niño.
El cirujano se volvió hacia los padres, quienes estaban sentados tranquilamente.
- Cuando haya visto todo el daño allí, planearemos lo que sigue, ya con tu corazón abierto.
Pero, ¿usted encontrará a Jesús en mi corazón? La Biblia bien claro dice que Él vive allí. Las alabanzas todas dicen que Él vive allí.... ¡Entonces usted lo encontrará en mi corazón!
El cirujano pensó que era suficiente y le explicó:
Llega una mujer muy asustada al consultorio de su ginecólogo y le dice:
- Doctor: ¡por favor ayúdeme, tengo un problema muy serio! Mi bebé aún no cumple un año y ya estoy de nuevo embarazada. No quiero tener hijos en tan poco tiempo, prefiero un espacio mayor entre uno y otro...
El médico entonces le preguntó:
-Muy bien, entonces ¿qué quiere que yo haga?
Ella respondió:
-Deseo interrumpir mi embarazo y quiero contar con su ayuda.
El médico se quedó pensando un poco y después de algún tiempo de silencio le dice a la mujer:
-Creo que tengo un método mejor para solucionar el problema y es menos peligroso para usted.